6 de marzo de 2015

Presentación del Ilmo. Sr. D. Juan Muñoz Muñoz en su Recepción como Académico Correspondiente de Mérito, por el Excmo. Sr. D. José Gómez Sánchez

El 3 de abril de 2014 tuvo lugar la Recepción como Académico Correspondiente de Mérito, de esta Real Academia de Medicina y Cirugía de Cádiz, del Ilmo. Sr. D. Juan Muñoz Muñoz, Doctor en Medicina y Cirugía y Especialista en Hematología y Hemoterapia, cuyo Discurso de Ingreso trató sobre: "Hemoglobina, unión de Hematología y Geografía". El recipiendario fue presentado por el Excmo. Sr. D. José Gómez Sánchez, Presidente de Honor y Académico de Número.
Excmo. Sr. D. José Gómez Sánchez, Académico de Número y Presidente de Honor
Nuestra Real Academia se complace en publicar hoy -ya que no fue posible en su día- las palabras de "Presentación" pronunciadas por el Dr. Gómez Sánchez, las cuales transcribimos a continuación:
"Siempre la brevedad es una cosa
con gran razón de todos alabada
y vemos que una plática es gustosa 
cuanto más breve  y menos afectada."
                                     Alonso de Ercilla
La Araucana. Canto XXVII
Excmo. Sr. Presidente.
Excmos. e Ilmos. Sres. Académicos 
Excmas. e Ilustrísimas Autoridades
Estudiantes y amigos…
El ingreso de un nuevo Académico en esta Casa es una ceremonia iniciática atenida a un  ritual  muy estricto; un ritual iniciado por nuestro Secretario Perpetuo quien, con la solemnidad que el caso requiere, ha procedido a leer un documento que da fe de la elección llevada a cabo por quienes, por ser Académicos de Número y cumplir con sus deberes estatutarios,  gozan de ese privilegio.
No parece ocioso que,  si vamos a glosar la vida de nuestro nuevo compañero, el Ilmo. Sr. Dr. don Juan Antonio Muñoz Muñoz, extremeño afincado en Cádiz desde hace muchos años (concretamente desde el 2 de agosto de 1978), lo hagamos, pues, desde cierto rigor pero, sobre todo,  desde un principio fundamental: distinguir, al estilo  d'orsiano,  entre la anécdota y la categoría sin renunciar por eso, cuando lo creamos conveniente, a llevar a cabo una síntesis definitoria y explicativa, tacita o expresa, de su personalidad y de su biografía... Pero, al efecto, empecemos por el principio.
Nuestro nuevo compañero nace en Coria, Cáceres,  el 28 de julio de 1948. Es por lo tanto un niño de la postguerra pero no se inquieten… Ni su infancia ni su juventud van a servir de ocasión para inspirar una de esas “novelas del realismo social” que amargaron la vida a los españoles de los años cincuenta. No sabemos si su familia figuró entre los vencedores o los vencidos de aquella contienda, pero lo que si podemos intuir es que, por lo pronto, se trata  de una familia muy integrada y consecuente con sus creencias y principios religiosos; lo demuestran esos siete hermanos cuya convivencia, además de asegurar la buena socialización del “recién llegado”, le garantizan una actividad deportiva que antes de cumplir los cuatro años, jugando en los solares del futuro Hospital de Coria, hará necesario un tratamiento antitetánico inmediato. Este es su  primer contacto con la Medicina como paciente; un contacto  que  nuestro recipiendario nos recuerda con buen humor.
En 1952, la familia se traslada a Cáceres en dónde inicia su primera enseñanza en una humilde escuela de barrio hasta que, cumplidos los siete años, ingresa en la Escuela Pública llamada “El Perejil”, en donde permanecerá hasta que, cumplidos en 1959 los diez años, hace el examen de ingreso en el bachillerato, estudios  que cursará  en el Colegio de San Francisco de Padua, de los P.P. Franciscanos. Allí mismo inicia su vida “laboral” como monaguillo,  cargo retribuido que sufragaba sus estudios, pero al que renunciará tan pronto obtenga una beca.
El  recipiendario, no ha cursado sus primeros estudios en un “colegio suizo de elite” pero el hecho de que recuerde  esos humildes lugares  con amor y que incluso aun hoy día  los visite, cuando las circunstancias se lo permiten, nos da, así mismo, noticia de su talante y de la fidelidad a sus principios.
Pero prosigamos. En el curso 1962-63 lleva a cabo el 4º curso de bachillerato y la reválida pero sus padres sugieren que, para no dejar ningún cabo suelto,  ingrese en la Escuela de Magisterio de Cáceres  y lleve a término esos  estudios por libre. Se inicia así una vorágine de convocatorias y  exámenes  al término de lo cuales, en septiembre de 1966, nuestro amigo, que ha concluido ya el bachillerato superior,  se incorpora como maestro a Herreruela, una pequeña localidad de la provincia de Cáceres, de 200 habitantes. En consecuencia, desde ahora, no solo frecuenta con pleno derecho la tertulia en que se reúnen a diario a “las fuerzas vivas del pueblo” sino que, además, figurará como capitán y entrenador  de los equipos que forman sus propios discípulos. Una práctica deportiva que a lo largo de su vida, todo hay que decirlo, tendrá sus consecuencias. La más grave esa fractura del parietal derecho que, paradójicamente, cursa sin recibir la atención debida ni tener consecuencias graves. Una experiencia que en el futuro va a relativizar sus propios juicios clínicos y sobre todo sus pronósticos.  
Pero volvamos a los aspectos más específicos de su formación profesional. Una beca “Pavón Jiménez” de la Diputación de Cáceres le va a permitir ahora iniciar sus estudios en la Facultad de Medicina  de Salamanca y alojarse en el Colegio Mayor San Bartolomé de rancia tradición universitaria. Pero esta  situación, confortable a condición de no suspender ni una sola asignatura, le impone una disciplina férrea. Una disciplina que, en apariencia, no le permite distinguir entre las asignaturas fundamentales y aquellas otras a las que, por alguna  razón, hubiera estado  justificado prestar una menor atención…   En su caso no hay alternativa. Debe aprobarlo todo en junio. Eso exige una tensión “tensa y sostenida”. No ha lugar para el cultivo de una preferencia personal y menos aún para perder el tiempo en un “internado honorario” o en una práctica que no suponga algún beneficio tangible. En cambio, durante las vacaciones, pasará consulta privada domiciliaria con su “medico de familia” de toda la vida y aunque él cree que eso es perder el tiempo respecto a la fisiopatología que preconiza la obra monumental de don Carlos Jiménez Díaz, pronto se da cuenta de que es ahí, en la  propia casa del paciente, donde se aprende de veras lo que es realmente un hombre enfermo en sus dimensiones humanas. Por algo hoy, al final administrativo de esta primera etapa de su vida, que hoy celebramos, ha llegado a ser un profesional capaz de vivir esa relación medico-enfermo mejor que nadie. Una relación que, a veces, él oficiará mediante una simple llamada telefónica; un medio elemental que, sin embargo en muchos casos, puede ser suficiente. Por esa forma de ser y estar en la profesión y en la amistad ha llegado a ser para todos nosotros lo que es…  Y eso a pesar de haber “limitado”, por razones estratégicas, su expediente académico a “solo” 13 Matriculas de Honor, 9 Sobresalientes, 5 Notables y 2 Aprobados.
Pero resumamos. Estamos en 1972, y al título de Maestro de Primera Enseñanza que le extendió en 1966 la Escuela de Magisterio “Rufino Blanco” de Cáceres se une ahora  una Licenciatura de Medicina y Cirugía que le extiende la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca y muy pronto (1977-78) el de Especialista en Hematología y Hemoterapia (Sistema MIR) que cursa en régimen de Internado en el Hospital  General  “La Paz” y, en calidad de Residente, en el Hospital General “Puerta de Hierro” de Madrid. Destino este último donde permanecerá tres años y medio gozando del magisterio del Dr. Fernández Rodrigo y de la Dra. Florinda Gilsanz, sus auténticos maestros en el campo de una Hematología concebida como una especialidad médica  con entidad clínica propia.
Por fin, el 2 de mayo de 1977, obtiene la plaza de médico adjunto del Hospital Lois García de Huelva donde, “al margen psicofonías y supuestas apariciones”, ejerce durante 14 meses. Concretamente  hasta que el 2 de agosto de 1978 en que, una vez más por  oposición, alcanza la plaza de Jefe de Sección del Hospital Universitario  Puerta del Mar de Cádiz, El camino ha sido largo pero ahora el Dr. don Juan Antonio Muñoz ha alcanzado la “Estación Termini” de  su vida.”No es el principio del fin pero si el fin del principio”.
A partir de ahora, ya no parará: Profesor Asociado de Ciencias de la Salud 1991-2009; Investigador responsable del grupo de investigación “Diagnóstico y prevención de talasemia y hemoglobinopatías en la Bahía de Cádiz”; síndromes mielodisplásicos; síndromes mieloproliferativos crónicos; hemoglobinuria paroxística nocturna; trombocitosis esencial; aplicación terapéutica de células madre hematopoyéticas en la isquemia crónica del diabético, etc., etc. Hoy día es una figura relevante en el campo de Hematologia, singularmente en el área mediterránea de esa especialidad.
¿Pero para qué cansarles? Resumamos: Congresos regionales, 25 asistencias; Congresos nacionales, 135; Congresos internacionales, 10; Ponencias a Congresos, 5; Artículos 25; Capítulos de libro, 2; Cartas al Director, 9. No, nuestro amigo no ha llegado esa “estación Termini” para vegetar sino para seguir trabajando y ser un ejemplo para todos. Espero sepamos aprovechar los saberes que, desde su nueva condición, la de Académico Correspondiente de Merito de esta Corporación, nos va a impartir desde hoy.
Es tradicional en estos casos que el recipiendario tenga un recuerdo para quienes, desde la convivencia familiar, fueron para ellos una ayuda aunque esta se redujera a su apoyo moral. Nuestro amigo ha sido especialmente afortunado a este respecto. A la fe y al sacrificio continuado de sus padres debe el estar hoy aquí; de doña Carmen, su esposa, el amor de su vida, aprendió además biogenética y bioestadística; de su hijo Jan, ciertos métodos matemáticos especiales  y algunas nuevas tecnologías y de su hija,  Ruth,  los principios de la investigación biosanitaria que ella practica. Espero que hoy sea un día de satisfacción para todos. Especialmente para sus parientes y amigos.
Muchas gracias todos por la atención prestada a estas 1.595 palabras. Estamos seguros de que a través de la riqueza de la anécdota,  hemos establecido, tácitamente, que las categorías que han regido su vida han sido siempre las de la  honestidad y las del estudio.
Fdo. Prof. Dr. José Gómez Sánchez
Salón de Grados de la Facultad de Medicina
Cádiz, 3 de Abril de 2014


No hay comentarios:

Publicar un comentario